Primero, perdona
Éramos «hermanas en Cristo», pero mi amiga y yo habíamos empezado a actuar como enemigas. Una mañana, discutimos sobre nuestras distintas opiniones raciales. Después, cada una siguió su camino. Sin embargo, un año más tarde, un ministerio nos contrató y empezamos a trabajar en la misma sección, donde nos era imposible no reconectarnos. Al principio fue incómodo, pero hablamos de los conflictos. Con el tiempo, Dios nos ayudó a pedir perdón y sanar.
Florecer para Cristo
No fui sincera sobre los tulipanes. Mi hija menor me trajo de regalo de Ámsterdam un paquete con bulbos de tulipanes, así que mostré un gran entusiasmo cuando los recibí, tanto como el de volver a reunirme con ella. Pero los tulipanes son las flores que menos me gustan. Florecen muy ponto y se marchitan rápido.
Método de limpieza
Dos niños cantan dos veces Cumpleaños feliz mientras se lavan las manos. «Lleva ese tiempo quitarse los gérmenes», les dicen sus madres. Así que, ya antes de la pandemia de COVID-19, habían aprendido a quitarse la suciedad de las manos.
Él peleará por ti
El caballo herido se llamaba Drummer Boy, uno de los 112 que llevaron a los soldados durante la afamada Carga de la brigada ligera. El animal mostró tal valentía que su comandante, el Teniente Coronel de Salis, decidió que merecía una medalla tal como sus hombres. Aunque su acción contra las fuerzas enemigas fracasó, el valor de la caballería, al igual que el de sus caballos, se celebra hasta hoy como uno de los momentos más grandiosos del ejército británico.
Él conoce tu nombre
Después de dejar nuestra iglesia por tres años, mi esposo y yo volvimos a la comunión con la congregación. Pero ¿cómo nos tratarían? ¿Nos recibirían bien? ¿Nos amarían? ¿Nos perdonarían por habernos ido? Tuvimos la respuesta un soleado domingo por la mañana. Al atravesar las grandes puertas de la iglesia, no dejábamos de oír nuestros nombres. «¡Pat! ¡Dan! ¡Qué maravilloso verlos!». Como escribió la autora de libros para niños, Kate DiCamillo: «Lector, nada es más dulce en este triste mundo que escuchar que alguien que te ama te llame por tu nombre».
Amor valiente
Los cuatro capellanes no fueron conocidos como «héroes», pero una noche helada de 1943, cuando su transportador fue alcanzado por un torpedo durante la Segunda Guerra Mundial, se entregaron por completo a calmar a cientos de soldados en pánico. Con el barco hundiéndose y hombres heridos saltando a los atestados botes salvavidas, aplacaban el pandemonio «predicando coraje», como dijo un sobreviviente.
A salvo hacia la orilla
En Papúa Nueva Guinea, los kanda aguardaban emocionados el arribo de Nuevo Testamentos impresos en su idioma. No obstante, para llegar a la aldea, los que llevaban los libros tuvieron que navegar por el océano en pequeños botes.
Mejor con Dios
En su equipo de vóleibol, mi nieta aprendió un principio para ganar. Cuando la pelota iba en dirección a ella, siempre podía «mejorarla»; es decir, hacer una jugada que dejaba a sus compañeras en una mejor situación.
Encontrar gozo en la alabanza
Cuando el escritor británico C. S. Lewis le entregó su vida a Jesús, al principio se resistía a alabar a Dios. Luchaba con «la idea de que Dios mismo exigiera alabanza». Sin embargo, finalmente se dio cuenta de que «en el proceso de alabar es donde Dios comunica su presencia» a su pueblo. Entonces, «en un perfecto amor con Dios», encontramos gozo en Él; algo tan inseparable como «la luminosidad que recibe un espejo» y «la luminosidad que irradia».
Desmalezar sabiamente
Mis nietos corren por el patio trasero de casa. ¿Están jugando? No, arrancando malezas. «¡La arranqué desde las raíces!», dice la más pequeña, mostrándome un importante logro. Lo que más disfrutamos aquel día fue arrancar de raíz las hierbas malas, eliminando esa problemática amenaza. No obstante, antes de disfrutar, fue necesario decidir hacerlo.